viernes, 13 de mayo de 2016

El trabajo de aprendiz es individualista, toda vez que se dedica a preparar las piedras aisladamente, en tanto que el trabajo del compañero es de asociación, ya que su labor consiste en colocar la piedra en una relación perfecta y mutua, y en tratar de que su trabajo se acople perfectamente con las otras partes de edificios que construyen los otros masones.

Lectura del Trabajo: Beit Hamikdash El Primer Templo.

בית המקדש
El Primer Templo de Jerusalén  fue construido por el rey Salomón alrededor del año 960 a.E.C. (antes de la era común o a.C.)  y funcionó como santuario principal de los israelitas. Estaba situado en la explanada del monte Moriá, en la ciudad de Jerusalén.
Según la Biblia, la construcción del Templo de Salomón se realizó en el siglo X a.E.C., para sustituir el Tabernáculo que, desde el Éxodo y durante siglos, era utilizado como lugar de reunión y para rendirle culto a Dios. 

El Tabernáculo preservaba el Arca, que fue luego traída a Jerusalén por el rey David y depositada en el monte Moriá, sobre una plataforma de aproximadamente 40×100 metros.
El Templo propiamente dicho, según la descripción de la Biblia (v. Libro de los Reyes), era un edificio orientado sobre un eje longitudinal en dirección Este-Oeste. El edificio debió tener una longitud interior de aproximadamente 27 metros, 9 metros de ancho y una altura de también 13,5 metros (60×20×30 codos). 

A ambos lados de la entrada del templo fueron erigidas dos columnas, llamadas "J" y "B". 
Los sacerdotes y el rey entraban en el Templo a través de una gran puerta enchapada en oro, de aproximadamente diez metros de alto y cuatro de ancho. Tras esa puerta se encontraban tres recintos.
Un vestíbulo era seguido por otros dos recintos. 

El primero de esos recintos era denominado Hejal o Santo (es decir, Lugar Santo o Santuario), que era iluminado a través de ventanas altas. La anchura y longitud de esta estancia guardaba una proporción de 1:2, lo que significa que la planta del Hejal estaba compuesta por un doble cuadrado. El forjado de piedra se encontraba cubierto por un solado de madera de cedro. Las paredes y vigas del forjado del Hejal estaban recubiertas por láminas de cedro libanés. 
La tercera cámara, denominada Dvir o Kodesh Ha-Kodashím era el lugar más sagrado del Templo de Salomón. En latín se la conoce como Sancta Sactorum y en español como "Santo de los Santos". Este último recinto se encontraba a un nivel más alto que el Hejal y solo podía accederse a él subiendo una escalera.  
El Dvir tenía la forma de un cubo de aproximadamente 10×10×10 metros (20×20×20 codos). En su centro se encontraba el Arca de la Alianza, dentro del Arca se preservaban las Tablas de la Ley, entregadas por Dios a Moisés, y las Tablas a su vez llevaban grabados los Diez Mandamientos, sirviendo de conexión entre Dios e Israel). 
El patio interior del Templo era rodeado por un muro formado por tres capas de bloques de piedra cubiertas por vigas de madera de cedro. En este patio interior podían entrar los peregrinos y las masas de fieles, pero el Dvir o Santuario del Templo solo era accesible a los sacerdotes y el monarca de turno.

Cuarta Consigna

Cuando en Cámara de Compañeros el masón carga el signo: 
¿Qué es lo que carga en su mano izquierda? y ¿por qué?

martes, 12 de abril de 2016

LA COLUMNA “J” SU SIGNIFICADO E INTERPRETACION

Como ya es sabido, a tres pasos de distancia de la puerta de Occidente, en los Templos Simbólicos, se encuentran, paralelamente colocadas dos grandes columnas bronceadas, una hacia el Norte y la otra hacia el Sur, y cuyo orden Arquitectónico es el dorico, al centro en ambas se encuentran grabadas; en la del Norte, la etra "B", y en la del Sur, la letra "J".
Sobre el Capitel de la Columna "B" está colocada la esfera terrestre y sobre la del Sur, la esfera celeste.
El color de estas dos grandes Columnas, varia según su situación, pues la del Norte, como se supone que recibe la Luz débil en forma de penumbra, es de color gris, y la del Sur debe brillar en todo su esplendor, puesto que recibe los rayos directos del Sol de Medio Día.
Al píe de Ia Columna "B" y al lado Norte se ve la piedra bruta, y al pie de la Columna "J" y hacia el Sur, está colocada la piedra cúbica de punta o piramidal.
Estas dos Grandes Columnas son los eternos sostenes de las fuerzas materiales y de las fuerzas de cohesión celestes. Representan a todos los factores materiales del mundo, la Columna del Aprendiz; y a la fuerza de gravitación Universal, que mantiene en armónica distancia a todos los cuerpos celestes o cósmicos, la Columna. del Compañero.
Las iniciales que aparecen al centro de las Columnas, son las mismas de las Palabras Sagradas en las Cámaras de Aprendiz y Compañero. La interpretación de la primera es: "Mi fuerza está en el creador", y la de la segunda se traduce como: "Mi perseverancia está en el bien".
Como no es nuestro propósito ocuparnos de ambas Columnas, basta con lo dicho, para seguir tratando únicamente de la Gran Columna "J" objeto de este estudio.
Esta Columna, como ya se dijo antes, sostiene sobre su Capitel a la esfera celeste, la que a su vez, descansa sobre granadas y lirios, envueltos por una red; el metal de que está construída, es de bronce, hueca, y está pulida y brilla en todo su esplendor, al
centro y dando frente a Oriente aparece la letra "J", y al pie por el lado Sur se encuentra Colocada la piedra cúbica de punta.
La esfera celeste representa al Universo, y simboliza a la Cosmografía y a la
Astronomía, ciencias muy aplicadas dentro del Ceremonial Masónico y como Ternas de Estudio indispensable al Masón.
Las granadas representan a los Cuerpos Masónicos, que sostienen el peso de la
investigación sobre el origen y estructura de los cuerpos cósmicos que se distinguen en el Universo, que practican los principios de la unión tan necesarios, para lograr la
estabilidad de las Agrupaciones Sociales y por lo tanto, de la humanidad, esparcida por la superficie del Globo. Las Granadas, son también emblemáticas del cúmulo de
estudios masónicos que sostienen los principios fundamentales de la Astronomía y Ia Cosmografía, para impartir sus conocimientos a todas partes del Mundo; cada uno de los granos representa a otros tantos hermanos congregados en Logias, para recibir la
esplendorosa luz de la verdad, de la ciencia y la virtud, que proclama durante sus
trabajos; los que irremisiblemente son después impartidos a todos los vientos.
La red representa a los Lazos de Unión entre los Masones diseminados por todo el
Universo; a la confraternidad universal, iluminando con la Luz purísima de sus
ciencias y conocimientos a la humanidad estudiosa y progresista; representa también a la filantropía que con sus brazos tendidos, imparte amor, ayuda y socorro en todas
partes donde es necesaria su acción benéfica. La red es también el símbolo espiritual
humano, puesto que dentro de sus límites existe el origen, así como el fin de todos los seres y las cosas; y por último, es emblemática de la naturaleza porque dentro de ella
se desarrollan todos los fenómenos físicos y químicos, agentes de la generación, la
creación y la muerte de todo cuanto existe.
Los lirios, son simbólicos de las actividades Humanas, puesto que representan a la vida y a todos los factores vitales que el organismo necesita para su subsistencia; son el emblema de la paz Universal de la armonía Racial; de la unión espiritual de los
conceptos religiosos; por último, representan a la inocencia, la pureza, a la sinceridad, la verdad, etc.
El cuerpo de la columna que sostiene al sistema Solar, es el Símbolo de la fuerza de
Gravitación Universal que mantiene en armónica posición a todos los Cuerpos
Cósmicos, sin cuyo fenómeno astronómico, vendría el desquiciamiento universal.
Representa también a la Fuerza de Voluntad e Intelectual Humanas, que se dedican
constantemente a la investigación y descubrimiento de los fenómenos Meteorológicos y astronómicos, tan necesarios para los estudios Masónicos que se imparten a los hermanos, cualquiera que sea su graduación.
Esta Gran Columna, está destinada a los Compañeros y representa a la ciencia, la
inteligencia, la luz, lo abstracto, la concordia; al espíritu, al hombre, al sol, al fuego, al calor, al activo, al misterio, al universo, al macho y en general, a todos los factores machos de la Naturaleza misma.
La Belleza, el Esplendor y la Brillantez de la Luz que ilumina a la Columna del
Compañero, representa a los Rayos refulgentes del Sol de Medio Día, que vivifican,
fortalecen y vigorizan a todos los Seres creados por la Naturaleza. Simbolizan también a las emanaciones que iluminan al Cerebro humano para desarrollar su inteligencia dentro de las más puras enseñanzas de las Ciencias y las Virtudes y poder penetrar hasta los más lejanos misterios del Infinito y de los fenómenos evolutivos de la misma Naturaleza. Por último, representa a la Luz que impera sobre las Tinieblas de la Ignorancia para fortalecer al hombre para que pueda recorrer sin preocupación ni obstáculos la Senda de la Vida.
La letra "J" que se ve al centro de la Columna del Sur. como ya sabemos, es la inicial de la palabra sagrada de: Compañero: "Jakin" que se traduce como "Estabilidad" "Firmeza" y "Eternidad". El simbolismo e interpretación. de esta palabra es objeto de un Tema Especial ya desarrollado anteriormente.
La Piedra Cúbica, que está al pie de esta Gran Columna, es el Símbolo del trabajo material del hermano de Segundo Grado, y representa a la Geometría, la Aritmética y la Trigonometría, Ciencias que también son objeto de estudios especiales en el orden Masónico.
Tal es, en síntesis, el significado e interpretación de la Columna "J", la que está consagrada a los Compañeros, y como es hueca, dentro de ella guardan sus herramientas y reciben su salario, por lo tanto, es también el lugar en que reciben la Luz Purísima de sus enseñanzas porque ilumina su Inteligencia, fortalece su Espíritu y alumbra su camino hacia el Progreso y la Dicha eternos.
Por último, se da el nombre de Columnas, a las Dignidades y Ofíciales de la Logia, a
las hileras de asientos que ocupan los hermanos durante los trabajos de las díferentes Cámaras; así como a la de la Elocuencia, de la Armonia y la del Eterno Oriente.

Fuente Entre Masones Biblioteca LOS 21 TEMAS DEL COMPAÑERO MASON p.25/26

sábado, 9 de abril de 2016

LA CAMARA DE REFLEXIONES. EL MIEDO Y LA BUSQUEDA DE LA LUZ por el QH Romu

A L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
O:.de Bs. As., 30 de marzo de 2016 (e:.v:.) V.:M.: y QQ.:HH.: todos

CAMARA DE REFLEXIONES. EL MIEDO Y LA BUSQUEDA DE LA LUZ.

Tengo el agrado de dirigirme a todos ustedes con el propósito de acercarles un breve trabajo sobre La Cámara de Reflexiones.
Podemos afirmar que la Camara de Reflexiones es una pequeña pieza sin ventanas, en la que se introduce al profano en su iniciacion. Los primeros objetos que encontramos son una mesa y un banco. Un craneo humano y algunos otros huesos, un féretro. Sobre la mesa se halla una vela como única fuente de luz material. Tambien un pedazo de pan, una botella de agua, un puñado de sal, azufre, mercurio, un reloj de arena, granos de trigo, etc. Sus paredes oscuras contienen inscripciones que no logramos interpretar inmediatamente, tales como V.I.T.R.I.O.L., Si la curiosidad es lo que te trajo aquí, VETE, un gallo, por mencionar algunas de ellas.
Intentare describir los elementos reseñados.
El pan es el alimento escencial y nos recuerda que nuestro cuerpo necesita nutrirse, ingerir energía para el desarrollo de la fuerza. Los pensamientos limpios y nobles constituyen el alimento del espíritu.
El agua (que es la esencia de la vida humana), calma la sed, sirve para regar los campos sembrados, para la producción industrial, etc. Simbólicamente nos muestra la necesidad de la moderación en nuestros actos, evitando los excesos de los extremos.
La presencia del agua en la Camara de Reflexion nos orienta hacia la idea de fecundación. El agua fecunda y su asociación con el pan invita necesariamente a reflexionar sobre la naturaleza y sus leyes, las que deberá conocer para llevar adelante su trabajo, y ambos unidos (el pan y el agua) nos indican lo necesario de la prudencia con que hemos de enfrentar nuestro quehacer cotidiano.
Los huesos que se encuentran en desorden por todo el cubículo (o sobre la mesa) signifgican el caos en que estuvieron inmersas nuestras vidas hasta ese instante, en lo material y espiritual, y que precede al orden que pretendemos establecer en ella a partir de nuestra iniciación masónica.
El Craneo, símbolo de la mortalidad humana, es también el símbolo de aquello que sigue luego de la muerte. Receptaculo de la vida en su máxima expresión, el cráneo ha sido en las sociedades antiguas el trofeo por excelencia. Poseer el cráneo del enemigo era apoderarse de lo mejor de el, apropiarse de su espíritu, de su alma. Simboliza la Igualdad que nos depara la naturaleza a todo ser viviente, y debe inspirar al Candidato a reflexionar sobre la necesidad de actuar en concordancia a principios y valores de solidaridad con los más necesitados, de tolerancia y respeto para quienes no concuerdan con sus ideas o conceptos, y de justicia y verdad para con todos sus semejantes.
El reloj de arena evoca el paso del tiempo. Naturalmente y sin esfuerzo el recipendario comprende que la presencia del reloj de arena invita a meditar sobre el paso del tiempo, lo efímero, el flujo inexorable del tiempo y la corta duración de la vida del cuerpo físico. Las extrapolaciones que realizamos a partir de la nocion de lo efímero nos conducen a una toma conciencia a la vez dolorosa y enriquecedora. Dolorosa por la imposibilidad de restablecer el tiempo pasado, inmodificable materialmente, y enriquecedora al comprender que debemos emplear este tiempo para construir nuestro Templo Interior, luchando contra nuestras pasiones, y haciendo cuantas buenas obras y servicios a los demás nos sean posible. También indica el regreso al origen, lo vacío y lo lleno, lo inferior y lo superior, el Cielo y la Tierra, lo de arriba y lo de abajo.
El Gallo esta vinculado directamente al sol y a la luz, ya que cuando canta el gallo esta anunciando el amanecer, el comienzo de un nuevo dia. Es el despertar interior del hombre, el triunfo de la Luz sobre las tinieblas, señalando además, la necesidad de la vigilancia que hemos de tener sobre nuestros actos, no permitiendo que nada nos aparte del sendero de la Verdad, la Justicia y el Honor. Representa el Mercurio (Hermes traducción), al cual debemos referirnos para simplificar la explicación del elemento sal, y que está representado en el Templo por la Columna B, simbolizando toda influencia material o sensorial que procedente del medio externo, intenta penetrar el Ser Interno del hombre.
La sal, extracto del agua de mar por evaporación, es un fuego emanado de las aguas (Louis Claude de Saint Martin, un feu délivré des eaux). La sal conserva el agua y a su vez destruye por corrosión. Su simbolismo esta ligado a la ley de transmutaciones físicas y por extrapolación, a la ley de transmutaciones morales y espirituales. En la Logia esta representada por la columna B. Dable es recordar el origen etimológico de la palabra Salario y la columna donde estos se perciben. Formada por cristales, representa el equilibrio entre los principios internos (azufre) y la influencia de las sensaciones que provienen del exterior (Mercurio) y representa la armonía de los elementos anteriores que debe alcanzar el Candidato antes de ser Iniciado.
El azufre es el principio activo de la alquimia. Para los alquimistas el azufre es en el cuerpo lo que el sol es en el Universo. Energía Activa, que se hace la Fuerza Universal, el principio creador y la electricidad vital que producen y animan todo crecimiento, expansión, independencia e irradiación. Representa la acción o energía espiritual creadora que parte del Ser Interno, es la esencia o chispa divina que reside en cada hombre y que tiende a elevarlo a su Creador. En la logia está representado por la Columna J,
Lavagnini sostiene que la sal y el azufre son las dos columnas o tendencias que se hallan constantemente a nuestro lado, en cada uno de nuestros pasos sobre el camino de la existencia, y nuestra felicidad, paz y progreso efectivo estriban en nuestra capacidad de mantener en cada momento un justo y perfecto equilibrio entre estas tendencias opuestas, conservándonos a igual distancia de la una como de la otra, sin dejar que ninguna de las dos adquiera un predominio indebido sobre nosotros, sino que obren en perfecta armonía y nos dé cada cual sus mejores cualidades: el ardor irreflexivo y la paciencia iluminada, el entusiasmo perseverante y la serenidad inalterable, el esfuerzo vigilante y la firmeza incansable, que también simbolizan, sobre la pared del cuarto, el gallo y la clepsidra.
La ambivalencia de los símbolos -en aquello que concierne a la sal y el azufre nos permite visualizar, desde un plano positivo, orientado hacia la vida, la luz, el bien y, desde un plano negativo, orientado hacia la muerte, la destrucción, lo irreal-, posee en si misma una significación que los masones debemos internalizar firmemente: nada es bueno o malo en si mismo. Es el hombre, el constructor, que por el uso que hace de esas cosas las transformará en buenas o malas.
V.I.T.R.I.O.L. O V.I.T.R.I.O.L.V.M.
« Visita Interiora Terrae, Rectificando Invenies occultam Lapidem (Veram Medicinam) », que significa: Visita el interior de la Tierra, y rectificando encontraras la piedra escondida. (Medicina de la Verdad).
La rectificación llama a buscar la verdad, es observar, suponer, generalizar y corregir sin cesar. Es la operación esencial que garantiza la progresión del saber: reconocer el error.
Ambelain afirma que esta era la divisa de los Rosacruz y que habrían penetrado en las Logias Masonicas en el Siglo XVII.
Según Oswald Wirth, esta piedra escondida seria la piedra cubica de los Francmasones.
La piedra cubica es el resultado del trabajo efectuado por cada mason sobre la piedra bruta. Trabajo manual e intelectual que comprende a la totalidad del ser. El desafio de lograr la instrospección necesaria es el paso fundamental para llevar a cabo la gran obra, la construcción de un nuevo ser.
Al escribir este trabajo, lo primero que vino a mi mente es el recuerdo de mi iniciación. En efecto, en aquella trascendental noche del mes de agosto recuerdo haber experimentado múltiples y diversas sensaciones.Tengo muy presente que lo primero que sentí fue frío, aislamiento, luego hizo su ingreso el miedo fundamentado en el entorno oscuro y en los elementos que allí se encontraban. La muerte andaba por el lugar. Poco a poco me fui acostumbrando a la tenue luz y el comenzar a observar los elementos que allí se encontraban hizo que el frio y el miedo empezaran a ceder, a dejar lugar a la comprensión del lugar en el que me encontraba y el propósito de estar allí. De las inscripciones y dibujos que se reflejaban en las negras paredes, me llamo particularmente la atención un Gallo, no sabría decir porque pero fue tranquilizador. Creo que esta reseña resulta explicativa y honesta para quien escribe estas líneas. Los estados descriptos (soledad, frio, oscuridad, silencio etc.) nos someten necesariamente a una confrontación con nosotros mismos, situación a la que no estábamos acostumbrados en la vida profana. La estancia en la caverna nos impone mirar nuestro miedo, conocer su rostro, domesticarlo con la estimulación del propio miedo. El cráneo allí presente nos muestra el pasado y el propio futuro. Muere un hombre y nace uno nuevo. Nacimiento conciente que se convierte, por un lado en privilegio de voluntaria y novedosa búsqueda (de la que participan facultades como la observación, la imaginación, la inteligencia y la intuición), y por otro lado, en la obligación de sostener y renovar nuestro compromiso Masonico, el compromiso de la busqueda permanente de la luz.
Romualdo.

Cumplido V.:M.:

Romu G.
C:.M:.

lunes, 4 de abril de 2016

Apuntes sobre el Primer Vigilante, por el QH.: SANDRO

EL PRIMER VIGILANTE

Desde un punto de vista espacial o geográfico encontramos al PRIMER VIGILANTE ubicado al extremo de la columna del Norte junto a Occidente, o sea a la izquierda de la Puerta de entrada del Templo, sentado en un sitial con una pequeña columna coronada por una bóveda celeste, que representa lo espiritual o trascendental, columna que debe erguirse cuando los trabajos son abiertos e inclinarse, cuando los trabajos se encuentran cerrados
Complementan el mobiliario masónico del PRIMER VIGILANTE, un MALLETE de madera, mediante el cual el PRIMER VIGILANTE reproduce los anuncios que efectúan el V.:M.: o por ejemplo para solicitar la palabra.
Ahora bien, en términos Masónicos, se dice que el PRIMER VIGILANTE se halla en Occidente, así como el sol se pone por el oeste al cerrar el día, de modo tal que el PRIMER VIGILANTE se coloca allí para ayudar al V.:M.: a cerrar la Logia (En otros ritos se adicionan las nociones de pagar a los obreros y despedirles contentos y satisfechos).
Desde el punto de vista axiológico el PRIMER VIGILANTE, conforma junto con el V.:M.: y el 2° V.: una de las tres columnas morales que debe sostener un taller, si el V.:M.: simboliza la sabiduría, el 2° V.: simboliza la belleza, el PRIMER VIGILANTE representa LA FUERZA que debe imprimirse en los trabajos.
Asimismo, entre sus funciones en Tenida se encuentran las de ejecutar las órdenes del V.:M.:, motivo por el cual integra las denominadas tres luces o pequeñas luces del Taller Masónico junto con el V.:M.: y el 2° V.:.

Entre sus misiones también se encuentra la de dirigir en tenida la columna del mediodía o sur (J) y entre sus funciones primordiales, se encuentra también la de organizar la CÁMARA DE COMPAÑEROS, procurando que sean debidamente instruidos en el camino que podrá encontrarse coronado con el ascenso al sublime grado de MAESTRO MASÓN.
Tampoco es extraño encontrar entre las funciones del PRIMER VIGILANTE como aquellas vinculadas al resguardo de la disciplina en el templo.
También podemos notar claramente –en otro orden de cosas- que los Vigilantes, el PRIMERO y el SEGUNDO, están estrechamente asociados con las columnas: cada uno de ellos se sienta "sobre columnas del Templo y controla una de las columnas del Taller".
Entre sus notas distintivas el MAESTRO MASÓN que desempeña este cargo, lleva un collarín con un NIVEL como joya móvil. Esta joya se llama móvil, puesto que la misma pasa de un Hermano a otro.
El NIVEL es el símbolo de la igualdad masónica a la que está sujeto tanto el poderoso y encumbrado personaje lo mismo que el más humilde de todos los iniciados que no se distinguen por otro título que por el de Hermano. Y también es el símbolo de la RECTITUD.
Es el instrumento que determina y establece la línea horizontal en relación con la vertical. La solidez de un edificio no podría conseguirse si nos cuidamos solamente de su progreso vertical.
En las enseñanzas morales EL NIVEL es también el símbolo de la igualdad o nivelación que debe reinar entre los hermanos (Diccionario de la Francmasonería, Ediciones AKAL 1997, Madrid España p. 272).
El NIVEL es la esencia de la igualdad masónica. El paso de la perpendicular al nivel, expresa también el paso del grado de aprendiz al grado de compañero, significando la evolución de su conocimiento.
El PRIMER VIGILANTE representa la fuerza, la de la mente consciente y la facultad de realizar lo que la inteligencia concibe, también se suele representar al PRIMER VIGILANTE como uno de los estilos arquitectónicos: EL DÓRICO.

Sandro M.: M.:

miércoles, 23 de marzo de 2016

LA LEYENDA DE LA ESCALERA DE CARACOL

En el Primer Libro de los Reyes (VI. 8) dice así: "La entrada que conducía a la cámara del medio estaba situada en el lado derecho del Templo: y tenia acceso por medio de escaleras de caracol a la cámara del medio, y de ésta comunicaba a la tercera." De esta circunstancia los Masones del siglo pasado, adoptaron el símbolo de la escalera de caracol, y lo introdujeron en el grado del Compañero Masón.
Las gradas de la escalera de caracol comienzan en el pórtico del templo; es decir, en la entrada exacta. Además, no hay cosa más indudable en la ciencia del simbolismo Masónico, que el hecho de que el Templo era la personificación del mundo purificado por el Shekinah, o Presencia Divina.
El mundo profano se encuentra fuera del Templo; el mundo del iniciado existe dentro de sus sagrados muros. El penetrar en el Templo; tener acceso al pórtico, el hacerse Masón, así como el nacer en el mundo de la luz Masónica, son sinónimos y términos convertibles. Y así es como da principio el simbolismo de la escalera de caracol.
Desde el momento en que el Aprendiz cruza el pórtico del Templo, ha dado principio a su vida Masónica. Pero el primer grado de la Masonería, así como los misterios inferiores de los sistemas antiguos de iniciación, son únicamente una preparación y purificación para algo superior. El Aprendiz iniciado hace el papel de un niño en la Masonería. Las lecciones que recibe son dadas solamente para purificar su corazón y prepararle para esa iluminación mental que debe otorgarse en los siguientes pasos que deberá dar.
Lo mismo sucede con el Compañero Masón, y como el grado es emblemático de la juventud, por la misma razón es en el que principia su educación intelectual. Por esta razón, aquí, en el lugar preciso en que se separa el pórtico a la entrada del santuario, es el mismo en que termina su juventud y da principio su edad viril, y en cuyo sitio aparece ante sus ojos la espaciosa escalera, que con su presencia lo invita, como en efecto es así, a ascenderla. Esta, como el símbolo de la disciplina e instrucción, le demuestra que ahí debe dar principio su labor Masónica.
Las escaleras dan principio después de que el candidato ha penetrado el dintel del pórtico, que se encuentra entre las columnas de la fuerza y la fundación o estabilidad. Estos son los símbolos significativos que le demuestran, que tan pronto como han pasado los años de la juventud insensata, ha comenzado su etapa de la fuerza y dignidad como hombre. Entonces, la difícil tarea de su mejoramiento es el primer deber que se presenta ante él.
Deberá tener en cuenta que no puede tan solo permanecer, si es que se considera digno de su vocación; su destino como ser inmortal le obliga a ascender, grada por grada, hasta que ha alcanzado la cima, en donde le esperan los tesoros del conocimiento.
El número de estas gradas en todos los sistemas ha sido impar. Vitruvio observa --y la coincidencia es a la menos curiosa-- que en los templos antiguos se ascendía siempre por un número de gradas impar; y asigna como razón, que, comenzando el ascenso con el pié derecho en el descanso, los que asistían a la ceremonia, sabían que al penetrar en el Templo daban el primer paso con el mismo, cosa que era considerada como un pronóstico o augurio fortuito y feliz.
Tengamos en cuenta que el simbolismo de los números fue tomado por los Masones de Pitágoras, en cuyo sistema de filosofía desempeña un papel muy importante, y en el que los números impares se consideraban como más perfectos que los números pares. Por cuya razón, en todo el sistema Masónico, encontramos la preeminencia de los números impares, tales como tres, cinco, siete, nueve, quince, y veintisiete, en el que todos son símbolos importantes; y raras veces encontramos referencia al dos, cuatro, seis, ocho o diez. El número impar de las gradas era en consecuencia designado para simbolizar la idea de perfección, objetivo fundamental que pretende alcanzar el aspirante.
El número particular de las gradas ha variado a través del tiempo.. En tableros hallados y correspondientes al siglo XVIII, en los que se delinean únicamente cinco escalones, así como en otros alcanzan el número de siete. Las lecturas Prestonianas, que se practicaban en Inglaterra desde los principios de este siglo, dan por número total el de treinta y ocho, divididas en series de una, tres, cinco, siete, nueve y once. El error de formar un número par, que fue la violación del principio Pitagórico en los números impares por ser el símbolo de la perfección, fue corregido en los escritos de Hemming, y adoptado en la unión de las dos Grandes Logias de Inglaterra, suprimiendo el número once, el que era también inadmisible por presentar un carácter de origen sectario en toda su interpretación.
En Estados Unidos de América el número fue reducido todavía más, hasta el número de quince, dividido en tres, series de tres, cinco y siete. Se podrá adoptar esta división Americana en la explicación del simbolismo; pues, después de todo, el número particular de las gradas, o el método peculiar de su división en series, no afectará de ningún modo el simbolismo general de toda la leyenda.
El candidato, en el segundo grado de la Masonería, representa al hombre que emprende el viaje de la vida, con el propósito ante todo, de su mejoramiento, lo que debe considerarse como lo más trascendente de su condición masónica. Para la ejecución fiel de esta obligación, hay una recompensa, que consiste en el desarrollo de todas sus facultades intelectuales, es decir, la elevación moral y espiritual de su carácter, y la adquisición de la verdad y la ciencia.
Además, la adquisición moral e intelectual de esta condición, se supone que también es la elevación del carácter, el cambio de una vida inferior a una superior, y el encuentro y realización de las dificultades y trabajos, por medio de una instrucción elemental, hasta el logro del conocimiento fecundo de la ciencia.
Esto se simboliza admirablemente por medio de la escalera de caracol, en cuyo descanso permanece el neófito dispuesto a ascender la escarpada y penosa pendiente, encontrando en su cima "ese jeroglífico radiante que nadie, sino solo el Artífice, ha contemplado jamás," como el emblema de la verdad divina. Y en esto, ha dicho un escritor distinguido que "las gradas, lo mismo que todos los símbolos Masónicos, son ilustrativos de la disciplina y la doctrina, así como de las ciencias naturales, las matemáticas y metafísicas y por lo mismo, nos proporcionan un espacio inmenso para la investigación moral y especulativa."
El candidato, estimulado por el amor de la virtud y el deseo del conocimiento, y por otra parte, ansioso de lograr la recompensa de la verdad que se encuentra a un paso de él, comienza desde luego el penoso ascenso. A cada paso, se detiene con el fin de adquirir instrucción del simbolismo que presentan a su vista estas divisiones, y el que llama su atención.
La primera vez que interrumpe su marcha, se le instruye en la organización singular de la Orden, de la que se ha convertido en su discípulo. Pero la información que adquiere esta vez, si la comprende en su sentido literal, simple y sin disfraz, es infructífera, e indigna de su labor. La posición de los funcionarios que gobiernan, y los nombres de los grados que constituyen la Institución, no pueden proporcionarle ningún conocimiento que no ha sido antes del dominio de él. Por lo mismo, debemos considerar la significación simbólica de estas alusiones, para cualquier valor que pueda atribuirse a esta parte de la ceremonia.
La referencia a la organización de la Institución Masónica se designa con el fin de recordar al aspirante la inserción del hombre en la sociedad, y el desarrollo del estado social que proviene de la grandeza y poder de la naturaleza. De este modo se le recuerda entonces, al principio de su tránsito, de los beneficios que resultan con la civilización, y de los frutos de virtud y ciencia que se obtienen de esa condición. La Masonería misma es el resultado de la civilización; por cuya razón, su existencia ha sido uno de los medios más importantes de diseminar esa condición con el género humano.
Todos los monumentos de la antigüedad que aun se conservan a pesar de la destrucción del tiempo, contribuyen como prueba evidente de que el hombre, tan pronto como saliese del estado salvaje, comenzó con la organización de los misterios religiosos, y como movido por un instinto divino, determinó la separación de las cosas sagradas de las profanas. En el estado de civilización, surgió la invención de la arquitectura como el medio de proveer las habitaciones convenientes y necesarias para la protección contra las inclemencias de los elementos, y variación de las estaciones, así como el conocimiento de todas las artes y sus relaciones con la mecánica; y finalmente la geometría, como la ciencia necesaria para facilitar a los que cultivaron la tierra, los medios de medir y determinar los límites de sus posesiones.
Todas estas cosas se determinan como las características peculiares de una Masonería Ideal, sin embargo, pueden muy bien considerarse como representativas de la civilización, las primeras tienen la misma relación para el mundo profano, del mismo modo que las últimas para el estado salvaje. Y como es natural, vemos la propiedad y resultado del simbolismo, comenzando por el progreso del aspirante, que asciende rápidamente en el cultivo de la ciencia y la investigación de la verdad. Tales circunstancias crean en su mente el entendimiento real de esa condición para la civilización y unión social con la humanidad, como preparación necesarias para obtener estos fines.
Al aludir a los dignatarios de la Logia, así como a los grados de la Masonería como elementos explicativos de la organización de nuestra sociedad, delineamos en nuestro lenguaje simbólico la historia de la organización de la sociedad.
Después, el candidato, al mismo tiempo que adelanta en sus estudios, se le invita a contemplar otra serie de instrucciones. Los sentidos humanos, como son los conductores más apropiados, y por los cuales recibimos nuestras ideas y todas nuestras impresiones, así como la percepción, y los cuales, por la misma razón, constituyen las fuentes más importantes de nuestro entendimiento, se refieren en este caso como el símbolo del desarrollo intelectual. La arquitectura, como una de las artes más importantes que proporcionan el bienestar de la humanidad, se alude también en este caso, no solamente por razón de estar sumamente relacionada con la institución práctica de la Masonería, sino también como la representante de todas las artes útiles. Al detenerse por segunda vez, en el 'ascenso de la escalera de caracol, se le recuerda al aspirante la necesidad de cultivar conocimientos prácticos.
Después, las instrucciones que ha recibido hasta entonces, se refieren a su condición en la sociedad, como miembro de ese gran convenio social, así como los medios de llegar a ser, por medio del conocimiento de las artes de la vida práctica, un miembro necesario y útil para la sociedad.
Su lema será el de alcanzar el lugar "Excelso." Debe proseguir y continuar hacia adelante. Las gradas permanecen aun ante su vista; no se ha llegado aun a la cima, y por lo mismo quedan aun cúmulos de conocimiento que deben investigarse, pues de lo contrario no se obtendrá la recompensa, ni jamás podrá llegar hasta la cámara del medio, que es el sitio donde creemos que se encuentra la verdad.
En su tercera pausa, llega al fin, al punto en donde se le explica el sistema entero de la ciencia humana. Los símbolos, como sabemos, son de por si arbitrarios y de significación convencional. El conocimiento absoluto de la ciencia humana, podría muy bien simbolizarse de la misma manera, por medio de otros signos o serie de doctrinas, del mismo modo que lo hace por medio de las siete artes y ciencias liberales.
Pero la Masonería es la institución más antigua del mundo; y esta selección de las artes y ciencias liberales como símbolo de la realización de la sabiduría humana, es una de las evidencias más fecundas que tenemos de su antigüedad.
Durante el siglo VII, y luego por largo tiempo, todo lo que constituía la instrucción, a la que se limitaba la enseñanza de los colegios más eminentes y de los más distinguidos filósofos, se componía de lo que se llamaba entonces las ciencias y artes liberales, consistía de dos ramas, el trivium y el quadrivium. El trivium incluía la gramática, retórica y lógica; el quadrivium comprendía la aritmética, geometría, música y la astronomía.
"Estas siete eminencias," dice Enfield, se suponía que constituyan toda la ciencia universal. Aquél que era experto en estas materias, era de suponérsele que no necesitaba instructor alguno que le explicase alguno de los libros, o que resolviese cualquiera cuestión que estuviese comprendida dentro de los limites de la razón humana; y en consecuencia, el conocimiento del trivium le proporcionaba la clave de todos los conocimientos y el lenguaje, a la vez que el quadrivium, le revelaba manifiestamente las leyes secretas de la naturaleza."
En la época, dice el mismo escritor, en que había muy pocos instruidos en el trivium, y que muy pocos estudiaban el quadrivium, para ser maestros de ambas era suficiente completar el carácter de filósofo. Por consiguiente, la conveniencia de adoptar las siete artes y ciencias liberales como el símbolo de la realización de los conocimientos humanos, es aparente. El candidato, habiendo llegado a este punto, se supone que ha realizado efectivamente la empresa a que había dado principio, y que habiendo alcanzado el último escalón, se encuentra ahora expedito para aceptar la fertilidad completa de los conocimientos humanos.
Por consiguiente, ya nos hemos enterado, hasta donde ha sido posible de la verdadera significación del simbolismo de la escalera de caracol. Esta, representa el progreso de una inteligencia investigadora, con las penalidades y trabajos del cultivo intelectual y del estudio, así como la adquisición preparatoria de toda la ciencia humana, que es como el paso preliminar hacia la adquisición de la verdad divina, la cual, debe recordarse siempre, se simboliza en la Masonería por la Palabra.
Hagamos alusión a al simbolismo de los números, el que ha sido presentado por primera vez a la consideración del discípulo Masón en la leyenda de las escaleras de caracol. La teoría de los números, así como los símbolos de ciertas cualidades, fueron tomados originalmente por los Masones, de la escuela de Pitágoras. Por lo mismo, será imposible desarrollar esta doctrina, en su entera magnitud, porque el simbolismo numérico de la Masonería constituiría en si, materiales para un amplio estudio.
Será suficiente advertir el hecho, de que, el número total de las gradas, que en el sistema Americano, consta por todo de quince, es un símbolo significativo. Porque, el número quince era el número sagrado entre los Orientales, por la razón de que las letras del nombre sagrado JAH, se encontraban en su valor numérico, equivalente al número quince; y de aquí proviene la cantidad y figura en que se encuentran los nueve dígitos, combinados de tal manera, que hace la cantidad de quince, ya sea que se agreguen entre si, perpendicular, horizontal o diagonalmente, y constituía uno de sus más sagrados talismanes. Así es que, las quince gradas que se encuentran en la escalera de caracol son simbólicos del nombre de Dios.
Pero no es eso todo. Recordemos que se prometió una recompensa por todo este penoso ascenso de la escalera de caracol. Pues, bien, ¿Cuál es el jornal del Masón Especulativo? No es el dinero, no es el maíz, no es el vino, ni tampoco el aceite.. Todas estas cosas son, únicamente símbolos. Su jornal constituye la Verdad, es decir, la aproximación a ella, la cual será la más conveniente al grado en el que ha sido iniciado.
Es uno de los simbolismos más hermosos, pero al mismo tiempo el de sus doctrinas más abstrusas de la ciencia del simbolismo Masónico en las que el Masón debe investigar siempre la verdad, pero que no podrá encontrar jamás. Pues esta verdad divina, que es el objeto de todas sus labores, se simboliza por la palabra, por la cual todos sabemos que puede obtener únicamente un substituto; y ésta, está designada para enseñar la lección necesaria, aunque humillante, de que el conocimiento de la naturaleza de Dios, y la relación del hombre hacia él, cuyo conocimiento constituye la verdad divina, nunca podrá adquirirse en esta vida.
Solamente cuando los portales de la tumba se abren ante nosotros y nos permiten entrar a una vida más perfecta, es cuando obtenemos ese conocimiento. "Feliz el hombre," dice el padre del poema lírico, "que desciende a esta oquedad de la tierra, habiendo contemplado estos misterios; porque conoce el fin, y conoce el origen de la vida."
Es entonces como símbolo, y como símbolo únicamente, es como debemos estudiar esta hermosa leyenda de la escalera de caracol. Si tratamos de adoptarla como hecho histórico, la absurdidad de sus detalles nos causaría asombro, o los juzgaríamos como una bobería, que era objeto de nuestra contemplación, y los hombres sabios se fijarían en nosotros y nos mirarían con desdén y conmiseración, ante nuestra credulidad. Así es que sus inventores no tuvieron el más mínimo deseo de imponérnosla como una satisfacción a nuestras extravagancias, sino al contrario, nos la ofrecieron como un gran mito filosófico; ellos no supusieron por un momento, que nosotros pasaríamos desapercibidas sus enseñanzas morales y sublimes, para aceptar la alegoría como una narración histórica sin significación, irreconciliable enteramente con los datos de las Escrituras, y opuesta por todos los principios de la probabilidad.
El suponer, por ejemplo que ochenta mil trabajadores se pagaban semanalmente dentro de los precintos limitados de las cámaras del Templo, es simplemente suponer una absurdidad. Pero el creer que toda esta representación pintoresca del ascenso por la escala de caracol hasta el lugar en donde se reciben las remuneraciones por los trabajos, era la alegría que nos enseña el ascenso de la inteligencia del lugar de la ignorancia. No cabe duda que por medio de todas las penalidades del estudio y las dificultades para lograr ese conocimiento, recibiendo un poco aquí y más allá otro poco, almacenando siempre algo en la acumulación de nuestros conocimientos e ideas a cada paso que nos es dado avanzar, hasta que, en la cámara del medio de la vida, --en la plenitud perfecta de la virilidad-- se obtiene la recompensa. Y la inteligencia purificada y elevada se reviste con la recompensa de la instrucción de la manera de buscar a Dios y la verdad de Dios; o lo que es lo mismo, creer esto es creer y conocer el verdadero designio de la Masonería Ideal, cuyo único designio la hace digno de los buenos o del estudio de los sabios.
Tengamos en cuenta, en esta leyenda de la escalera de caracol, que si bien sus detalles históricos son estériles, sus símbolos y alegorías son fértiles y de instrucción fecunda.
Para concluir QQ.•. HH.•. Os invito a ascender por la Escalera de Caracol en búsqueda de la Fuerza, la Belleza y el Candor, prosigamos para obtener la Inteligencia, Rectitud, Valor, Prudencia y la Filantropía; y continuemos nuestro ascenso en búsqueda del conocimiento de la Gramática, la Retórica, la Lógica, la Aritmética, la Geometría, la Música y la Astronomía.

Or.•. de Antimano, 03 de Febrero de 2004 (e.•.v.•.)
Fraternalmente:
M ∴ M∴ ERNESTO MÁRQUEZ MARÍN.